La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) participó recientemente el seminario “Gestión del agua en la viticultura: Desafíos y oportunidades”, celebrado en Peso de Régua (Portugal) el pasado 14 de octubre y organizado por ADVID, el cluster de la Viña y el Vino de la región del Duero, en el marco del proyecto luso GOTA relativo al uso sostenible del agua.
El cambio climático está provocando el aumento de las temperaturas y disminuyendo las precipitaciones como en muchas regiones del mundo. Desde este punto de vista, el jefe de la Unidad de Viticultura de la OIV, Enrico Battiston, presentó las recomendaciones de la organización y el Documento Colectivo de Expertos elaborado para delinear una respuesta integral a los desafíos de la sostenibilidad del agua en cada ámbito geográfico y para destacar las prácticas clave y universalmente relevantes en la viticultura.
En este sentido, este documento de experiencia colectiva “Sustainable Use of Water in Winegrape Vineyards” (Uso sostenible del agua en los viñedos de uva de vinificación) esboza los principios fundamentales y universalmente relevantes, específicos para el cultivo de la uva destinada a la producción de vino, teniendo en cuenta que la variabilidad en los recursos regionales y en las condiciones ambientales, las características del sitio y las circunstancias de cada explotación pueden ser sustanciales, por lo que requieren una adaptación en la práctica que atienda las circunstancias individuales.
A continuación, el seminario acogió las aportaciones del profesor Alain Deloire (Montpellier SupAgro, Francia) sobre las importantes implicaciones en la fisiología de la vid, seguidas de los estudios relativos a la adaptación de la viticultura en España e Israel que presentaron, respectivamente, el profesor Luis Gonzaga Santesteban (Universidad de Navarra) y el profesor Aaron Fait (Universidad del Negev).
Una primera mesa redonda abordó las soluciones que están implementando los productores de la región de Douro para mitigar los efectos de la sequía (se estima que en 2022 sus rendimientos se vieron mermados en un 20% por esta causa en la zona).
El segundo de los debates se centró en la disponibilidad y gestión del agua para riego, tanto por parte de las administraciones públicas, como por los entes de gestión hídrico, destacando el “despilfarro” que suponen las pérdidas de agua por cuestiones técnicas en las infraestructuras.