El vino y su economía vuelven a ser rehenes de la coyuntura sociopolítica. En este caso, de la guerra en Ucrania, pues el pasado 25 de julio, Rusia anunciaba incrementaba los aranceles a la importación de “países no amistosos” (49 países, entre los que considera a España), del 12,5% actual al 20%. Fue la respuesta de Moscú en el marco de las medidas de respuesta a las “acciones hostiles adoptadas contra el país” por su guerra en Ucrania.
El Ministerio ruso de Economía precisó en un comunicado que el incremento de estos aranceles, que en ningún caso serán inferiores a 1,5 dólares por litro regirá hasta finales de año. Asimismo, el Kremlin anunció que creará “todas las condiciones” (podría suponer acuerdos comerciales, rebajas arancelarias u otras) para que otros países productores de vino que Rusia considera “amigables o neutrales”, como Chile, Armenia o Sudáfrica, incrementen sus ventas vitivinícolas a este destino; además de potenciar el consumo de vino ruso.
No hay que olvidar que, en 2022, Rusia aumentó la producción propia de vino de 430 a 500 millones de litros, pues en los últimos años la superficie de los viñedos del país, que el año pasado totalizó 82.200 hectáreas, aumenta un 2% anualmente.
Desde la Federación Española del Vino (FEV), se lamentó que se impongan “barreras artificiales e injustas al libre comercio en forma de aranceles” y considera que esta nueva barrera es mucho más injusta porque se toma en el contexto de una “guerra cruenta y sin sentido que dura ya más de un año”. Por eso, ha añadido, que mientras esa situación continúe es “imposible hablar de unas relaciones comerciales normales” entre la UE y Rusia y, por lo tanto, “la prioridad” debe ser poner fin a la guerra cuanto antes.
Según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio, España incrementó sus exportaciones de vino a Rusia un 78 % en 2022, hasta alcanzar un valor de 34 millones de euros. No obstante, aún están por debajo del valor de los vinos españoles comercializados en el mercado ruso en 2019, el último año antes de la pandemia, cuando esas ventas alcanzaron un valor de 46,4 millones.