La Fundación para la Cultura del Vino (FCV) celebró, el 25 de mayo 2022, en Madrid la
decimosexta edición de su Encuentro Técnico, esta vez dedicado al tema, muy de actualidad,
sobre la importancia del viñedo viejo para la elaboración de vinos de calidad. Un encuentro
que se desarrolló bajo el título de “Viñedo viejo ¿mito o realidad?” y que combinó rigor y
conocimiento científico, con experiencias prácticas en bodega y proyectos que actualmente se
están desarrollando con éxito, empleando viñas viejas y muy viejas para la vinificación.
José Ramón Lissarrague (UPM) analizó la influencia de la edad del viñedo en el
comportamiento de la vid y la composición de la uva, así como la importancia de gestionar
adecuadamente la poda y el estrés hídrico de la viña vieja.
El experto Dylan Grigg (U. Adelaida, Australia), que ahondó en el debate sobre si el viñedo
viejo es necesariamente un buen viñedo o no. Incidió en el equilibrio como clave y destacó la
importancia de una buena gestión vitícola. “A medida que un viñedo envejece, deberá
gestionarse con respeto, con conocimiento de la causa y el efecto del equilibrio, ya que sus
atributos pueden cambiar lentamente con el paso del tiempo”, señaló. “La edad de la viña
parece que es un factor que contribuye a la calidad del vino, pero las claves para una
producción de calidad continua son el crecimiento equilibrado, acorde con el terreno y la
estructura de la viña”, concluyó el investigador.
El director general de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), Pau Roca, que
recordó que la OIV trabaja desde el año 2020 en una resolución que plantea la siguiente
definición de viña vieja: “Un viñedo viejo es una parcela de tierra de viñedo, continua y
legalmente delimitada, donde al menos el 85% de las vides tienen más de 35 años”.
En la línea de la definición, el Master of Wine Pedro Ballesteros defendió que la
conceptualización del viñedo viejo “debe venir del propio sector”. Asimismo, destacó que la
“calidad” no es el asunto crucial al hablar de viña vieja, pues sus valores van mucho más allá:
rejuvenecimiento del sector, mantenimiento de patrimonio, población y territorio,
sostenibilidad.
El viticultor y formador Julián Palacios, proyectó la necesidad de “plantar viña vieja a través de
la gestión y elección de localización del viñedo, el material vegetal, marco de plantación,
sistema de conducción, labores a realizar en las cepas o gestión de suelo, entre otros.
La visión del consumidor vino de mano del sumiller del Restaurante L’Escaleta (Cocentaina,
Alicante), con dos estrellas Michelin y tres soles Repsol, Alberto Redrado, que concluyó que
estimar la calidad de un vino solo por la edad de su viña es un “error”.
José Hidalgo Togores (Ampeloenos) dio una auténtica clase magistral sobre la gestión del
viñedo viejo como patrimonio enológico y que influencia tiene su comportamiento fisiológico
en la calidad de los vinos resultantes. En su cierre, exigió de la Administración un censo de viña
vieja, como paso previo a medidas que lo salvaguarden.